Donald Trump se ha propuesto desmantelar el legado de su predecesor en casi todos los flancos. Este martes el presidente de EE.UU. ha firmado un decreto ley que revierte todas las medidas de Barack Obama para frenar el calentamiento global, con la aprobación de políticas medioambientales diseñadas para cumplir las promesas de reducción de emisiones de dióxido de carbono, que Estados Unidos hizo junto con otros 200 países en el famoso acuerdo de París, considerado entonces un hito histórico.
El presidente de EE.UU. ha firmado una orden ejecutiva con la que, aparte de desarticular las medidas de Obama, pretende potenciar la producción energética y la creación de empleos. Trump, quien en una ocasión tildó de “farsa” el cambio climático, ha prometido reorientar el Gobierno federal de modo que prosperen los productores de petróleo y carbón de Estados Unidos, a la vez que los fabricantes no sean abrumados por restricciones que “destruyen el empleo”.
La orden rescindirá al manos seis medidas contra el cambio climático aprobadas por Obama
La orden, según explicó este martes a un periodista un funcionario de la Casa Blanca, rescindirá al menos seis medidas contra el cambio climático aprobadas por Obama, entre ellas una orden ejecutiva de 2013 en la que ordenaba a todas las agencias del Gobierno que se preparasen para este flagelo.
Con su nueva orden, Trump pretende reescribir las directrices que regulan las emisiones de carbono en Estados Unidos y que, según él, han causado una sangría de puestos de trabajo, además de lograr la ansiada autonomía energética. “El Gobierno anterior devaluó a los trabajadores con sus políticas. Nosotros podemos hacer las dos cosas, proteger el medioambiente y crear trabajo para la gente”, afirmó el funcionario de la Casa Blanca.
Trump pretende reescribir las directrices que regulan las emisiones de carbono en Estados Unidos
“Pero creo que el presidente ha sido muy claro con que no va a implementar políticas de cambio climático que pongan en riesgo la economía estadounidense. Es muy simple”, agregó.
Algunos cambios tendrán efecto inmediato, como la derogación de una política de 2016 que alentaba a reguladores federales a considerar el cambio climático en las revisiones ambientales, así como las directivas de Obama que obligaban a organismos gubernamentales y las fuerzas armadas a computar el fenómeno en su planificación. El Departamento del Interior también rescindirá rápidamente una moratoria en la venta de nuevos derechos para extraer carbón en tierras federales.
El Gobierno de Trump también está descartando una medición de “coste social del carbono” de la era de Obama que estimaba el daño económico potencial del cambio climático y que se usó para justificar una serie de medidas ambientales, desde estándares de eficiencia para hornos microondas hasta la renovación de edificios gubernamentales
Trump ha elegido para la firma de la orden ejecutiva la sede de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés), un organismo que tuvo un papel clave en las políticas ambientalistas de Obama y que ahora dirige un escéptico del cambio climático, Scott Pruitt. El funcionario explicó que Trump quiere que la EPA se centre en el que según él es su principal cometido, “agua limpia y aire limpio”.
La orden, sin embargo, no habla del Acuerdo de París sobre el cambio climático
La orden, sin embargo, no habla del Acuerdo de París sobre el cambio climático que establece en el marco de las Naciones Unidas medidas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y que entró en vigor a finales de 2016. Según el funcionario, el Gobierno de Trump aún no tiene decidido si cumplirá los compromisos que figuran en el acuerdo internacional.
La mayoría de los cambios, si no todos, enfrentarán retos judiciales de los mismos ambientalistas que ya luchan para defender el Plan de Energía Limpia de Obama en la corte federal. “Al usar un mazo para las medidas climáticas de Estados Unidos, la administración empujará el país hacia atrás, haciendo más difícil y más caro reducir las emisiones”, dijo Andrew Steer, presidente del Instituto de Recursos Mundiales, en una declaración por correo electrónico.
“La ciencia climática es clara e incuestionable: el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero está calentando nuestro planeta, poniendo las personas y los negocios en peligro”.
Obama trató de convertir la lucha contra el cambio climático en una prioridad de su segundo mandato, un objetivo entorpecido por una decisión del Tribunal Supremo que bloqueó el plan del mandatario para reducir las emisiones de carbono de centrales termoeléctricas.
La semana pasada Trump ya aprobó conceder a la empresa canadiense TransCanada un permiso para construir el polémico oleoducto Keystone XL , un proyecto al que se oponen grupos ecologistas y cuya construcción prohibió el Gobierno de Obama.
Fuente y fotografía: La Vanguardia