La creación de más reservas marinas en los océanos del mundo contribuye a que los peces puedan evolucionar para ser más precavidos y mantenerse alejados de las redes de pesca, según un estudio realizado por tres investigadores canadienses.
La investigación, publicada en la revista Evolutionary Applications, sugiere que crear áreas adicionales protegidas supone que algunos peces permanecerán dentro de las reservas marinas donde están protegidos de la pesca, transmitirán este comportamiento a sus descendientes y contribuirán a aumentar la población de las generaciones futuras.
«Incluso para peces como el atún y los tiburones, que pasan mucho tiempo lejos de la costa, las reservas marinas son una herramienta de conservación importante», apunta Jonathan Mee, autor principal del estudio y miembro de la facultad de la Universidad de Mount Royal, recoge Servimedia.
Mee realizó esta investigación mientras completaba una beca postdoctoral en Universidad de Columbia Británica. «Usamos el modelado matemático para averiguar bajo qué condiciones las reservas marinas podrían empujar a los peces a evolucionar para escapar de la captura», añade.
Así, los investigadores modelaron los movimientos de listados, atunes rojos y grandes tiburones blancos en el océano. Encontraron evidencias de que a los 10 años de crearse una nueva reserva marina podría cambiar el patrón del movimiento del atún, mientras que serían necesarias hasta cinco décadas para el tiburón blanco. También constataron que cuanto mayor sea la presión pesquera cerca de las reservas marinas, más rápido evolucionarían los peces para permanecer en el espacio protegido. Por ello, los investigadores sostienen que es necesario crear más reservas marinas porque las operaciones pesqueras han crecido exponencialmente en las últimas décadas, lo que conduce a una disminución de las capturas mundiales de 1,2 millones de toneladas de pescado al año.
«Los barcos se agrandaron y ahora podemos cubrir toda la gama del atún. La distancia no los protege, la profundidad no los protege, nada los protege excepto nuestra decisión de retirarnos de ciertas zonas en forma de reservas marinas», sentencia Daniel Pauly, coautor del estudio, quien agrega: «Una reserva marina bien controlada, al menos en parte, protegería contra el efecto de la sobrepesca fuera de la reserva».
«Es probable que las reservas sean más efectivas de lo que se pensaba en prevenir la extinción de algunas especies, proteger la biodiversidad e incluso actuar como una póliza de seguro», concluye Sarah Otto, del Centro de Investigación sobre Biodiversidad de la Universidad de Columbia Británica.
Falta generalizada de personal y fondos
Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) suponen una estrategia cada vez más popular para proteger la biodiversidad de los mares, pero la falta generalizada de personal y fondos impide que alcancen todo su potencial: solo un 9% de ellas cuentan con las personas adecuadas para administrarlas. Así lo afirma un equipo internacional de 22 investigadores en un estudio publicado en la revista Nature.