El cambio climático es un proceso global y a largo plazo que, a día de hoy, resulta imparable. Como mucho, los científicos y responsables de políticas climáticas de todo el mundo buscan un modo de limitar ese cambio y el impacto que tendrá sobre los seres vivos del planeta. Ese era por ejemplo el objetivo principal del acuerdo de la Cumbre de París: que la temperatura global no aumente de aquí a fin de siglo más de 2 grados centígrados, y limitarlo si es posible a 1,5.
En previsión del efecto que este cambio tendrá (y ya está teniendo) sobre la ecología y la evolución de las especies animales y vegetales, un grupo internacional de científicos ha querido analizar qué aspectos de estos cambios tendrán mayor influencia sobre determinados aspectos clave del proceso evolutivo y la selección natural, y según sus resultados, el principal impacto no vendrá del calor, sino de la lluvia: las precipitaciones y la evapotranspiración, junto con la Oscilación del Atlántico Norte, sirven para explicar más procesos de selección natural que la temperatura.
«Aunque algunas especies migrarán para evitar una caída en sus números y una potencial extinción causados por el cambio climático, un resultado alternativo es la selección impuesta por el clima. Sin embargo, carecemos del conocimiento general sobre si factores climáticos globales o locales como la temperatura, las precipitaciones o el agua disponible influye en la selección», explican los autores en el artículo publicado este jueves en la revista ‘Science’.
Así que Adam M. Siepielski, del departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Arkansas y su equipo se han dedicado repasar diversos estudios que analizaban los procesos de selección en distintas especies de plantas y animales y en distintas regiones del planeta, para crear una base de datos con las características relacionadas con la adaptación de las especies y los factores que las provocan.
Entre las primeras están aspectos como la fecundidad y la fertilidad, el éxito de apareamiento o la supervivencia de los ejemplares; entre los segundos, la temperatura del aire, las precipitaciones o el potencial de evapotranspiración (un concepto que se define como la máxima cantidad de agua que puede evaporarse desde un suelo completamente cubierto de vegetación, en óptimas condiciones y si no hay límite en el agua disponible).
La temperatura no afecta, las precipitaciones sí
Analizando todos los datos en conjunto, los investigadores observaron que los factores relacionados con la temperatura no servían para explicar las características relacionadas con la adaptación, pero del 20 al 40% de las variaciones estaban relacionadas con las precipitaciones, que no parecen afectar al éxito en el apareamiento, por ejemplo, pero sí a la fertilidad y la supervivencia de las especies. «Nuestros resultados ilustran de forma colectiva la importancia general que tienen las precipitaciones como motor de la selección natural», aseguran los autores.
Y aun así, reconocen que hay muchas cosas que aun no se saben con certeza. Por ejemplo, subrayan que su investigación se ha llevado a cabo con los datos disponibles, principalmente con plantas y animales vertebrados en latitudes medias, pero se han quedado fuera ecosistemas como la tundra o las regiones tropicales, que son los que con más intensidad sufrirán los impactos del cambio climático.
«En esta era de cambios sin precedentes en el clima de la Tierra, y a medida que las futuras condiciones climáticas irán volviéndose más y más variables, las poblaciones naturales van a tener que lidiar con cambios mucho mayores en cuanto a los procesos selectivos de los que han enfrentado nunca. Los cambios climáticos, especialmente los relativos a las precipitaciones, pueden suponer un enorme desafío para muchos organismos», aseguran los autores.
Fuente y fotografía: El confidencial