Desde Naciones Unidas no se cansan de repetirlo: el cambio climático es la mayor amenaza que se cierne sobre la humanidad y nos estamos jugando el futuro de las generaciones venideras.
La comunidad científica se ha puesto de acuerdo en que esta situación tiene un origen antropogénico. Es decir, lo causa el ser humano. Los gases de efecto invernadero, como el CO2 procedente de las energías fósiles (gas, carbón y petróleo), están capturando la radiación solar y provocando el calentamiento global. La rapidez con la que esto ocurre se está sintiendo ya en la elevación del nivel del mar, en los desastres naturales, y en el deshielo de los polos. Altera la vida, sus efectos son devastadores y afecta a todo el mundo, también a España.
En diciembre 2015, en la COP21 de París, 195 países y la Unión Europea adoptaron un acuerdo por el que se comprometían a limitar por debajo de dos grados el aumento de la temperatura media a finales de siglo con respecto a los valores preindustriales. En 2016, los países participantes en la COP22 han firmado la Proclamación de Marrakech, una declaración de intenciones para afirmar su compromiso con la acción contra el calentamiento global.
A finales de este año a los grandes encuentros mundiales les ha salido un duro adversario: el recientemente elegido presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que ha dado instrucciones a sus asesores para estudiar cómo abandonar el Acuerdo de París del cambio climático. De momento ya ha elegido como nuevo director de la Agencia para la Protección de Medio Ambiente a Scott Pruitt, un veterano fiscal de Oklahoma que no cree en la contribución del hombre al cambio climático.
En noviembre de 2017 se volverán a reunir los integrantes de la COP 23 en Bonn (Alemania) pero antes, concretamente entre el 10 al 12 de mayo, se celebrará el Congreso Internacional sobre Cambio Climático en Huelva, impulsado por la Junta de Andalucía. En esta cita se pretende «mostrar a la ciudadanía que la responsabilidad sobre el cambio climático es de todos, y que es esencial actuar ya para avanzar hacia la sostenibilidad, pensando globalmente y actuando localmente».
En esta línea, mientras se espera la Ley contra el cambio climático para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, el pasado 4 de noviembre, coincidiendo con la entrada en vigor del mencionado texto, se presentó la Comunidad #PorElClima, una iniciativa de sensibilización ciudadana pionera y realizada de manera conjunta entre ocho entidades para pasar «del compromiso a la acción» en materia de lucha contra el cambio climático.
¿Cómo se puede actuar?
Según los impulsores de la Comunidad #PorElClima, todos tenemos que actuar, ya que la lucha contra el cambio climático no es una responsabilidad de un solo sector, sino que es un desafío colectivo y debemos hacerlo ya porque somos la última generación que puede parar el desastre.
Residuos, energía, alimentos, transporte y agua son cinco bloques que, bien gestionados, ayudarán a bien disminuir considerablemente nuestras emisiones de CO2.
SEPARA LA BASURA
– Lleva al contenedor amarillo los envases de plástico, latas y bricks; al azul los envases de papel y cartón; al verde tarros, frascos, botellas y botellines de vidrio, y los deshechos sobrantes, cuando ya no puedas reutilizados (haciendo compost, por ejemplo) al contenedor de resto.
-Con estos gestos Ecoembes recicló más de 1,3 millones de toneladas de envases ligeros y envases de cartón y papel en todo el territorio nacional durante 2015, alcanzando una tasa de reciclado de 74,8%. Gracias a este porcentaje, se evitó la emisión de 1,2 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, que equivale a retirar el 25,8% de los vehículos censados en la ciudad de Madrid.
NO DERROCHES ENERGÍA
– Reemplaza la bombilla tradicional por una de bajo consumo o LED, duran hasta 15 veces más que las bombillas convencionales y gastan una quinta parte de lo que consumen las bombillas incandescentes.
– No te calientes más de la cuenta, mantén una temperatura media de 20º C en tu casa. Bajar la temperatura un grado puede reducir la factura de la calefacción entre un 5 y un 10%. Tampoco abuses del aire acondicionado en verano.
– Cuando salgas de una habitación no olvides apagar las luces, esa energía la desperdicias.
– Si aíslas bien tu hogar, reduces el gasto energético hasta un 20%.
– No dejes los aparatos eléctricos en stand-by (espera): un televisor que permanece encendido durante tres horas al día (la media que los europeos ven la tele) y en stand-by las 21 horas restantes consumirá un 40% de la energía total en el modo de espera.
– Si dejas el cargador de tu móvil enchufado todo el tiempo, aunque no esté conectado al teléfono seguirá consumiendo electricidad.
– Usa la lavadora y el lavavajillas sólo cuando estén llenos. Si no lo están, usa programas económicos.
ALIMENTOS BAJOS EN CARBONO
– Decántate por los alimentos sin procesar, de temporada, que se produzcan cerca de tu localidad. Las importaciones suponen emisiones extra por el transporte.
– Reduce el consumo de carnes porque la ganadería es uno de los mayores contaminantes de la atmósfera.
– Aumenta el consumo de frutas, verduras, hortalizas y en la medida de lo posible productos ecológicos.
– Al preparar los alimentos tapa la cazuela mientras cocines o utiliza ollas a presión que pueden ahorrar hasta un 70% de energía.
– Evita los embalajes excesivos cuando compres alimentos.
EL AUTOMÓVIL, SÓLO LO IMPRESCINDIBLE
– Los gases de los automóviles son una de las principales causas de contaminación ambiental y del calentamiento global, cada litro de combustible que consume el coche, supone una media de unos 2,5 kilos de CO2 emitidos a la atmósfera.
– Usa menos el coche privado, siempre que puedas camina más y utiliza medios de transporte sostenibles como la bicicleta o el transporte público.
– Mantén tú vehículo en condiciones óptimas y si decides comprar uno observa que sea eficiente y emita pocos gases invernadero. Piensa en las ventajas que ofrece el coche eléctrico.
– Cuando tengas que viajar a grandes distancias utiliza mejor el tren que el avión, es el causante de gran parte de las emisiones de CO2 emitidas a la atmósfera.
MIMA EL CONSUMO DE AGUA
– Usa sólo el agua necesaria para hacer las tareas del hogar.
– Las duchas mejor cortas y sólo esporádicamente la bañera. Se necesitan 100 litros de agua para una ducha y 250 litros para un baño. Esto significa que ducharse supone un ahorro medio de 400 litros por día y hogar.
– Cierra el grifo mientras te lavas los dientes y afeitas.
– Si tu cisterna no dispone de los nuevos sistemas de descarga, introduce en la cisterna una botella con peso. Ésta reducirá la capacidad del depósito, haciendo que no se desperdicie tanta cantidad de líquido cada vez que utilizamos el mecanismo.
– Repara fugas lo antes posible, el goteo de un grifo puede hacer perder en un mes el agua suficiente para llenar una bañera.
– Se necesita mucha energía para calentar agua, instala un regulador de caudal del agua en la ducha y evitarás la emisión de más de 100 kilos de dióxido de carbono al año.
– Si lavas con agua fría o tibia ahorrarás 150 kilos de CO2 . Aprovecha también el agua fría de la ducha para usarla en el retrete, regar las plantas y limpiar los suelos.
– Riega en el momento menos caluroso del día.
– Recoge el agua de lluvia para regar las plantas, lavar el coche y limpiar los muebles de exterior.
¿Qué hay que exigir?
Hay que pedir a los gobiernos que tomen medidas hacia una vida más sostenible. El ciudadano tiene más fuerza de lo que cree, y al reclamar medidas a los gobiernos se consigue una conciencia más global sobre el problema del calentamiento global. Todos formamos parte de la naturaleza y es nuestro deber protegerla.
Fuente: Huffington post