El acuerdo establece que la entrada en vigor se producirá 30 días después de la ratificación de, al menos, 55 partes que sumen, como mínimo, el 55% de las emisiones globales de efecto invernadero, un día que la máxima responsable de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, calificó el pasado 6 de octubre como “histórico” .
La entrada en vigor del Acuerdo de París llega en medio de un movimiento de acción sin precedentes y de promesas para construir una industria mundial de las energías renovables, descontaminar los actuales sistemas de producción energética, el sector de la construcción y la agricultura, y rediseñar las economías y las sociedades para hacerlas más resilientes a los impactos que el cambio climático ya está causando.
El Acuerdo de París, explican desde la organización de COP22 en un comunicado, ha mejorado la capacidad colectiva de llevar a cabo un cambio rápido y lo ha hecho por estas razones:
- En París, los gobiernos aceptaron formalmente liderar la acción climática y presentaron una serie de planes nacionales para tomar medidas inmediatas, prometiendo que nunca reducirían la ambición de sus objetivos. Ahora, los gobiernos tienen la responsabilidad y los medios para llevar a cabo un cambio más rápido gracias a políticas e incentivos respetuosos con el clima.
- En un plazo de tiempo corto, idealmente no más tarde de 2018, los gobiernos y las Partes terminarán el reglamento sobre la medición, contabilidad y análisis de las acciones mundiales a favor del clima. Esto garantizará la transparencia que todos los actores necesitan para acelerar la acción climática, asegurándose de que todos están poniendo el máximo de su parte.
- Además, los gobiernos acordaron reforzar el apoyo tecnológico y financiero a los países en desarrollo para que estos puedan construirse sus propios futuros sostenibles a partir de una energía limpia.
- Por último y no menos importante, los actores no estatales están mostrando cada vez más interés y se están comprometiendo a reducir las emisiones de carbono y apoyar a los gobiernos y las Partes en su lucha contra los peligrosos efectos del cambio climático.
Implicaciones del Acuerdo de París
Las implicaciones para los gobiernos se inician con la puesta en marcha de la primera Conferencia de las Partes en calidad de Reunión de las Partes en el Acuerdo de París, también conocido como CMA, el principal órgano de gobierno, una reunión que se celebrará durante la próxima conferencia de la ONU sobre cambio climático, la COP 22, que se celebrará en Marrakech (Marruecos) del 7 al 18 de noviembre.
Además, los planes nacionales de acción climática, conocidos formalmente como Contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés), que las partes presentaron como aporte al Acuerdo de París, se convertirán en Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC).
Los países pueden revisar estos planes al alza en cualquier momento para aumentar su ambición, aunque no podrán nunca ser revisados introduciendo objetivos de menor aspiración.
Limitar el aumento de la temperatura global
Otra de las obligaciones para los gobiernos será la de tomar medidas para lograr los objetivos relativos a la temperatura: limitar el aumento a menos de dos grados centígrados con respecto a los niveles de la era preindustrial y hacer lo posible porque ese aumento no supere los 1,5 grados.
Otra etapa clave será concluir con éxito las negociaciones de elaboración del reglamento para la implementación del Acuerdo de París, un paso que se debe completar “cuanto antes” para reportar y rendir cuentas de las medidas climáticas.
También se deberá asegurar la movilización de los 100.000 millones de dólares (89.000 millones de euros) que se destinarán a los países en vías de desarrollo para el 2020, y que se produzcan “inversiones mayores” por parte del sector privado.