Predecir el rendimiento agrícola, elegir las plantaciones más rentables y planificar el futuro de los cultivos es el sueño de muchos campesinos, que gracias a la posibilidad de monitorear los terrenos desde lo alto podría hacerse realidad.
La hacienda agrícola de Keimetit Chemilel, emprendedor agrario de Kitale, en el Rift Valley de Kenia, ha comenzado a utilizar helicópteros para visualizar sus cultivos de verduras y cereales. Sin embargo, una solución de este tipo no está al alcance de todos, en particular de los pequeños productores africanos.
Luke Wijnberg y Chris Williams son dos jóvenes sudafricanos fundadores de 3Drone Mapping, una startup tecnológica que utiliza drones para realizar el mapeado de fincas, con el objetivo de ayudar a los campesinos a entender qué sucede en sus terrenos a través de la vista aérea. “Provengo de una familia de geómetras y topógrafos y he seguido realizando estos trabajo durante ocho años en Sudáfrica”, cuenta Luke. Desde muy joven se apasionó por el estudio topográfico, y comprendió que la medición tradicional de la tierra no estaba respondiendo a las exigencias del mercado. Junto a Chris Williams, amigo y gurú informático, los dos emprendedores decidieron transformar el antiguo oficio de la planimetría de superficies agrarias con la ayuda de las últimas innovaciones tecnológicas.
Los drones son objetos voladores no tripulados, guiados con un control remoto o un ordenador a bordo. Con forma de juguete, el dron es en realidad un aeroplano miniatura con videocámaras incorporadas. Llamados también Unmanned Aerial Vehicles (UAV), son ampliamente utilizados por la industria cultural para realizar imágenes aéreas, principalmente para películas o vídeos musicales. Sin embargo, cada vez es más frecuente su uso en la agricultura, pues el estudio topográfico de los terrenos contribuye a optimizar la producción.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 780 millones de personas de países en vías de desarrollo y 15 millones de personas en los llamados países desarrollados sufren hambre crónica. Una de las causas de la inseguridad alimentaria es la dificultad de los campesinos de todo el mundo de hacer frente a diferentes problemáticas relacionadas con la producción, como las epidemias en los cultivos, el cambio climático y las sequías, las previsiones meteorológicas y otros factores.
Lawrence Kigoru, director del departamento Livelihood and Resilience de la ONG internacional World Vision, asegura que es importante contar con el apoyo de las nuevas tecnologías para responder a la inseguridad alimentaria, e innovaciones como los drones pueden ayudar a reducir esta problemática en África, aumentando la producción agrícola. “Es difícil enseñar a los campesinos a utilizar esta tecnología”, continúa Chris Williams, uno de los fundadores de 3Drone Mapping. “Por eso ideamos un método más sencillo en el que nosotros mapeamos los terrenos con los drones y ofrecemos directamente a los campesinos las imágenes y los mapas de sus fincas”.
La empresa ofrece diversos tipos de imágenes capturadas en tiempo real dependiendo del tamaño del terreno. “Para un espacio de 300 hectáreas, por ejemplo, producimos una orthophoto, una foto en alta resolución que captura los contornos de la tierra y que cuesta 2000 dólares”, explica Luke de 3Drone Mapping. El servicio ayuda a optimizar el tiempo de control y monitoreo de los terrenos, comprender rápidamente si hay presencia de enfermedades en las cosechas, o cultivos que resembrar. Los productores que no poseen grandes terrenos pueden asociarse entre ellos para visualizar sus terrenos con fotografías de alta calidad, pagando cada uno una parte del precio total.
Un proyecto que requiere tiempo, investigación y una inversión de 30.000 dólares, que en algunos países como Sudáfrica y Kenia ha encontrado algunos obstáculos. La creación y el uso de drones es un trabajo bastante dispendioso, factor que no permite una difusión a gran escala y que ha llevado a Luke y Chris a trabajar con empresas agrícolas de otros países africanos como Mozambique, Tanzania y Mauricio, que cuentan con una legislación más flexible y un mercado más accesible. “El software utilizado para pilotar un dron es bastante costoso, lo que genera que el coste final del producto sea muy elevado”, explican los fundadores de la startup. “Además, para manejar un dron en Sudáfrica es obligatorio poseer una licencia de piloto, que cuesta más de 10.000 dólares”.
Para hacer frente a estas dificultades, compartir experiencias e intercambiar consejos e ideas, una comunidad online de usuarios y apasionados de los drones para la agricultura, The Unmanned Aerial Vehicles for Agriculture (UAV4A), ha creado una plataforma web de colaboración, que facilita el acceso a información sobre la reglamentación relativa a los drones en diferentes países, y asesoría a los países que aún no cuentan con ella. UAV4A, gestionada por el Technical Center for Agricultural and Rural Cooperation (CTA) y por el International Potato Center (CIP), tiene como objetivo ofrecer una red de soporte a gobiernos, individuos y empresas como 3Drone Mapping para optimizar la creación y difusión de drones para mejorar el manejo de los cultivos, el ganado, los bosques, la pesca y cualquier actividad relacionada con recursos naturales.
Amenazas como la violación a la privacidad y la seguridad, en el contexto internacional de la emergencia contra el terrorismo, obligan a algunos gobiernos a adoptar restricciones. Es el caso de la Aviación Civil de Kenia (Kenya Civil Aviation), que ha prohibido el uso de drones a ciudadanos que no posean una licencia expedida por el ministerio de Defensa. Por otra parte, agricultores propietarios de grandes extensiones de tierra como Keimetit Chemilel en Kenia, podrán sustituir el uso de helicópteros y vigilar sus terrenos desde casa, mientras un dron sobrevuela sus cultivos y le envía señales directamente a la pantalla de su dispositivo.
Fuente y fotografía: El País