Una disminución de hasta un 67% podría sufrir la vida silvestre global en tan solo 50 años (1970 – 2020) debido a las actividades humanas, según lo proyecta el Informe Planeta Vivo 2016 publicado por el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). El estudio muestra cómo los seres humanos estamos doblegando al planeta por primera vez en su historia, y resalta los cambios que deben llevarse a cabo en el modo en que la sociedad se alimenta y obtiene energía.
De acuerdo con el reporte, las poblaciones mundiales de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles han disminuido cerca de 58%, entre 1970 y 2012, el año más reciente sobre el que se tiene información. En específico, las poblaciones terrestres han bajado un 38% en el mencionado periodo, en tanto que las de agua dulce lo han hecho un 81% y las marinas un 36%.
“No se trata solo de las maravillosas especies que adoramos; la biodiversidad es el cimiento de los bosques, los ríos y los océanos saludables. Suprimamos las especies y estos ecosistemas colapsarán, junto con el aire limpio, el agua, los alimentos y los servicios climáticos que nos brindan. Tenemos las herramientas para solucionar el problema y debemos comenzar a usarlas ahora, si nos tomamos en serio la conservación de un planeta vivo para nuestra supervivencia y nuestra prosperidad”, enfatiza el director general de WWF Internacional, Marco Lambertini.
De igual manera, el Informe Planeta Vivo 2016 muestra que la humanidad utiliza hoy los recursos naturales equivalentes a 1,6 planetas Tierra para satisfacer sus necesidades y para 2020 utilizará el equivalente a 1,75 Tierras.
“Estamos viviendo al límite de lo que el planeta nos puede proveer y de lo que las diversas especies pueden resistir, pero aún podemos hacer los cambios que se requieren para cambiar estas tendencias alarmantes”, subraya por su parte el director de WWF Chile, Ricardo Bosshard.
“Las actividades humanas no sustentables son responsables de la actual crisis ambiental. La pérdida y degradación del hábitat es la principal amenaza que afecta a las poblaciones que están desapareciendo y entre sus causas está, por ejemplo, la agricultura mal manejada, la tala de árboles, el transporte, el desarrollo residencial o comercial, la producción energética y la minería. En cuanto a los hábitats de agua dulce, las causas más comunes son la fragmentación de los ríos y arroyos, y la extracción de agua”, explica Bosshard, enfatizando que el ser humano aún tiene la oportunidad de revertir la actual situación.
“Son temas que están presentes en Chile y que a través de acciones como restauración de bosque nativo, impulso de cambios profundos de prácticas en industrias como la acuícola y la pesquera, y acciones para llegar a una matriz energética sustentable, estamos trabajando como WWF en el país”, agrega.
Si bien las cifras y proyecciones no son auspiciosas, el Informe Planeta Vivo también deja espacio para el optimismo, dado que 2020 será el año en que los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París sobre el clima surtirán efecto y deberán realizarse las primeras acciones a favor del medio ambiente recogidas en el nuevo Plan de Desarrollo Sostenible.
Si se llevan a cabo esas medidas, sumadas al cumplimiento de los objetivos internacionales para la biodiversidad fijados para 2020, pueden impulsar las reformas que requieren los sistemas alimentario y energético mundiales para proteger la vida silvestre global.
Fuente y fotografía: Aqua