Si el pasado verano la prolongada ola de calor llevó a grupos políticos y de profesionales a abrir un debate en Córdoba sobre la necesidad de ir adaptando progresivamente la ciudad al más que previsible cambio climático (que según la Aemet contempla para dentro de cinco décadas temperaturas medias estivales de hasta 5º C mayores en el Valle del Guadalquivir), los actuales días de temperaturas extremas han venido a reabrir la polémica. Eso sí, este año con una teniente de alcalde de Infraestructuras, Amparo Pernichi, que da cuenta de acciones pensadas al efecto y que ayer recordaba que «para nosotros no es algo nuevo, estaba desde el principio en el programa de IU». Más aún, «la sostenibilidad ambiental y la adaptación al cambio climático son trascendentales para esta ciudad, si bien es verdad que tenemos que ser conscientes de las limitaciones ahora en cuanto a personal se refiere, especialmente en la unidad de Parques y Jardines».
Al respecto, Pernichi recuerda que más allá de un planteamiento global y transversal de la necesaria adaptación al cambio climático, ya hay iniciativa en este año de trabajo del actual gobierno local como la reposición de 400 de los 1.700 alcorques vacíos de árboles en las calles de Córdoba o la redensificación de zonas verdes, en las que se han plantado otras 400 especies de gran porte. Además, se está haciendo un diagnóstico de consumos energéticos en las instalaciones municipales junto al plan de eficiencia energética, rediseñan zonas verdes con menos demanda hídrica (como en la glorieta de la avenida de Cádiz) o hay iniciativas como los itinerarios de sombra del programa Mi Barrio es Córdoba mientras que se primarán en las obras elementos tradicionales que aumenten el confort ante altas temperaturas.
EN EL TAJO, A 45º / En contraste con estas medidas para adaptar a largo plazo la ciudad a temperaturas aún más altas aún que las actuales, ayer sorprendía ver a los trabajadores de la construcción a pleno sol a las 17 horas, coincidiendo con el inicio del horario de tarde, incluso en la obra de reforma de Capitulares encargada por el Ayuntamiento. El sobreesfuerzo y sacrificio que están haciendo estos trabajadores estos días tiene su explicación en que los sindicatos y la patronal firmasen el pasado mes de diciembre el calendario laboral contemplando la jornada partida solo del 20 de junio al 26 de agosto, basándose en estadísticas de temperaturas. Sin embargo, este año hay que hablar de cierta mala suerte, ya que las dos mayores olas de calor del verano han sido en los primeros días de julio, antes de entrar en vigor la jornada continuada, y en los primeros de septiembre, recién retomada la jornada de trabajo partida.
Fuente y fotografía: Diario Córdoba