Dendropoma lebeche es el nombre de la especie que acaban de describir investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España (MNCN-CSIC). Este molusco filtra el agua del mar y forma bioconstrucciones muy resistentes que sirven de hábitat para otras especies, protegen la línea de costa y ayudan a determinar las variaciones del nivel del mar ocurridas en los últimos ocho milenios.
La nueva especie está presente en las costas españolas desde el Delta del Ebro hasta las costas de Cádiz, incluyendo las Islas baleares, las Columbretes y la Isla de Alborán, y en el norte de África desde las costas atlánticas de Marruecos hasta Túnez.
De acuerdo con lo detallado por el MNCN-CSIC en un comunicado, este gasterópodo marino se fija al sustrato a través de una concha en forma de tubo irregular en lugar del habitual caparazón enrollado en espiral. Es una especie gregaria que forma grandes colonias de individuos adheridos entre sí y compactados por algas calcáreas creando estructuras de formas diversas, como crestas, rebordes, mamelones e incluso microarrecifes que bordean las plataformas rocosas litorales.
“Estas bioconstrucciones, que pueden alcanzar hasta 30 cm de grosor, son muy resistentes y llegan a perdurar miles de años protegiendo la línea de costa de la erosión marina”, explica el investigador del MNCN José Templado. Las colonias se sitúan en la zona de vaivén marino, coincidiendo con el nivel medio del mar, por eso son excelentes paleoindicadores de las variaciones recientes del nivel del mar producidos por cambios climáticos o movimientos tectónicos de la línea de costa. “Estas estructuras tienden a aumentar la complejidad de la franja litoral creando pozas de marea que facilitan el desarrollo de nuevos hábitats que contribuyen a aumentar la biodiversidad allí donde se encuentran”, apunta Templado.
Los ejemplares tipo, es decir los que han servido de referencia para describir la especie, están depositados en la colección de malacología del MNCN. “Otros ejemplares se han enviado a la Smithsonian Institution, de Washington (Estados Unidos), al Museo de Historia Natural de Chicago y al Museo Nacional de Historia Natural de París”, instituciones con las que venimos colaborando, aclara Marta Calvo, conservadora del MNCN que también ha participado en la investigación.
Una colonizadora, no una superviviente
Investigadores del MNCN descubrieron hace unos años mediante un estudio genético que lo que se pensaba que era una sola especie Dendropoma petraeum repartida por toda el área mediterránea, e incluida en las listas de especies amenazadas, eran en realidad cuatro especies crípticas (especies morfológicamente iguales pero que se diferencian genéticamente) distribuidas en diferentes subcuencas de este mar. Asimismo, se comprobó que estas especies se diferencian también en algunos aspectos de su biología reproductora. La nueva especie es la única cuyas hembras incuban un elevado número de cápsulas ovígeras que contienen un solo huevo frente a las otras tres, que incuban pocas cápsulas con un número variable de huevos en su interior.
Hasta ahora Dendropoma lebeche no había sido descrita formalmente. En el trabajo, publicado en la revistaMediterranean Marine Science, se describe la morfología, anatomía y biología de esta especie, así como las de la verdadera Dendropoma petraeum, con la que hasta la fecha se había confundido, cuya distribución se restringe a las costas de Sicilia, Malta y a algunos otros puntos de las costas del Tirreno.
En un trabajo publicado con anterioridad comprobaron que, o bien las tasas de evolución del ADN en estas especies son muy superiores a las estimadas en la mayoría de los moluscos, o este grupo de especies sobrevivió a la Crisis del Messiniense, cuando hace 6 millones de años el Mediterráneo se secó casi por completo.
“La hipótesis que manejamos actualmente es que, a diferencia de las otras especies del complejo,Dendropoma lebeche probablemente colonizó la cuenca mediterránea a partir de las aguas atlánticas que entraron a través del estrecho de Gibraltar en una época posterior y que volvieron a darle al Mediterráneo su carácter marino. De hecho se han encontrado fósiles de estas bioconstrucciones en las islas Canarias que se remontan al último periodo intergacial”, concluyó el investigador del MNCN.
Fuente y fotografía: Aqua