El hecho de que este océano a diferencia del Ártico, no se vea afectado, es que hay una renovación en las aguas, de manera que aquella que está a mayor profundidad, cada cierto tiempo se renueva con la de la superficie, entregando así un ritmo al océano que no se ve afectado por el cambio.
La Universidad de Washington y el Instituto Tecnológico de Massachusetts dieron a conocer un estudio en donde se señaló que gracias a los vientos huracanados del oeste, es que se azota la capa del océano y se dejan a la vista nuevas masas de aguas inferiores.
Tal como señaló Kyle Armour, autor del estudio y profesor de la Universidad de Washington, se trata de:
Agua realmente antigua y profunda la que está subiendo hacia las capas superiores del océano y no ha tocado la atmósfera desde hace cientos de años.
Tal como señaló El País, no ocurre lo mismo con el Ártico porque en aquellas superficies hay menor cantidad de agua, la que desciende considerablemente con el paso de las décadas, sin embargo en el Antártico la profundidad es tal que la renovación sí es posible y además estas aguas se mantienen frías.
Fuente y fotografía: Veo Verde