Olas de calor más largas, más regulares y más calientes podrían tener un efecto perjudicial sobre la esperanza de vida y la producción de cultivos en África, según advierten científicos del clima en un estudio publicado en la revista ‘Environmental Research Letters’. Al examinar los datos de temperatura desde 1979 hasta 2015, los investigadores advierten que las olas de calor clasificadas como inusuales hoy en día podrían llegar a ser un hecho normal dentro de 20 años. Este escenario podría ser desencadenado por un aumento de la temperatura media global de 2 grados.
Situado entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio, África experimenta altos niveles de radiación solar todo el año y las olas de anuales pueden ocurrir en cualquier época del año, no sólo durante los meses de verano. Mediante modelos climáticos hasta 2075, los científicos descubrieron que las llamadas inusuales olas de calor podrían producirse con tanta frecuencia como cuatro veces al año hacia el final del siglo.
«África es uno de los continentes más vulnerables al cambio climático e, incluso, un modesto aumento de la temperatura media global podría tener consecuencias graves para las personas que viven allí», dice Jana Sillmann, del Centro de Investigación del Medio Ambiente y el Clima Internacional (CICERO, por sus siglas en inglés), una de las instituciones que participan en el estudio. «Tenemos que poner un esfuerzo considerable en la adaptación al cambio climático para reducir el riesgo de eventos extremos como olas de calor, que es probable que ocurra con mucha más frecuencia en el futuro», añade.
El equipo –que también incluye a investigadores del Instituto de Protección Ambiental y de Investigación (ISPRA, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Catania, en Italia– empleó una métrica conocido como Índice de Magnitud Ola de Calor Diaria (HWMId, por sus siglas en inglés, que tiene en cuenta la severidad de las temperaturas extremas, así como el número de días consecutivos de clima caliente. Con este enfoque, el equipo puede comparar las olas de calor que se producen en diferentes lugares y en distintos momentos del año.
«La gravedad del impacto en la producción de cultivos y la mortalidad humana depende de la vulnerabilidad de las comunidades afectadas y los sistemas ambientales -añade–. Por ejemplo, la ola de calor en Finlandia en 1972 –que hemos estudiado anteriormente– fue comparable al periodo de tiempo caliente que se produjo en Europa Central durante 2003. Sin embargo, este último evento fue responsable de más muertes que la ola de calor de Finlandia».
Los detalles completos del análisis realizado por el equipo para cuantificar la magnitud y la extensión espacial de las olas de calor más extremas experimentadas en África entre 1979 y octubre de 2015 a través de las diferentes estaciones se revelan en un artículo publicado en la revista ‘Environmental Research Letters’.
Fuente y fotografía: Diario XXI