La atmósfera nos proporciona soporte vital y nos protege de radiaciones dañinas o de impactos de pequeños asteroides, pero supone un obstáculo para la mayoría de las observaciones astronómicas. Como la mayor parte de los efectos perjudiciales para la observación se producen en los primeros veinte kilómetros desde el suelo, el empleo de globos estratosféricos se presenta como una opción eficaz y mucho menos costosa que el lanzamiento de satélites.
En este contexto, la iniciativa ORISON estudiará la creación de una infraestructura de observación en la estratosfera mediante instrumentación en globos. «Como parte del proyecto, se van a realizar varios vuelos preparatorios y divulgativos para explorar las posibilidades de esta técnica en su versión de más bajo coste», apunta José Luis Ortiz, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coordinador de ORISON.
El primero de estos vuelos se realizó el pasado 22 de abril con motivo de la lluvia de estrellas de las Líridas, que se caracteriza por su baja actividad pero por una producción muy importante de grandes meteoros (bólidos) que pueden llegar a depositar meteoritos».
El estudio de lluvias de estrellas resulta fundamental ya que puede revelar la presencia de objetos potencialmente peligrosos y no detectables desde telescopios –como el caso del bólido de Chelyabinsk (Rusia), que produjo importantes daños personales y materiales–, o que pueden dañar la instrumentación situada en órbita. De hecho, el telescopio espacial Hubble y los satélites Landsat 5 u Olympus 1 ya han sufrido pequeños o grandes daños debidos a meteoros o basura espacial.
Este primer vuelo divulgativo de ORISON permitió grabar por primera vez, en alta definición y en color, un bólido desde la estratosfera, lo que demuestra la viabilidad de esta técnica para la obtención de valiosos datos científicos mediante técnicas pioneras y con presupuestos muy reducidos.
Perspectiva única para ver las lluvias de estrellas
La observación desde la estratosfera permite estudiar fenómenos como las lluvias de estrellas desde una perspectiva única, justo desde la capa de la alta atmósfera en que se produce el fenómeno. También permite estudiar otros fenómenos de la alta atmósfera, como las descargas luminosas eléctricas superatmosféricas, o en la propia superficie, como la proliferación de la contaminación lumínica.
«Sin embargo, es en el terreno de la astrofísica en el que este tipo de observaciones pueden producir un mayor beneficio. Particularmente interesante puede ser su aplicación al estudio de planetas fuera de nuestro Sistema Solar mediante la técnica de tránsitos, al estudio de anillos alrededor de cuerpos del Sistema Solar, o a la detección y estudio de objetos transneptunianos, entre otros» concluye Ortiz.
Este proyecto constituye una continuación de la experiencia del IAA en el desarrollo de vuelos estratosféricos, adquirida con la misión SUNRISE y con las pruebas de la sonda Huygens. Este primer ensayo del proyecto ORISON se realizó en colaboración con el grupo amateur Daedalus. La iniciativa está financiada por la Unión Europea a través de la convocatoria H2020.