Antonio Lamela se define de muchas maneras. «Pensador humanista, progresista en el sentido auténtico de la palabra, terrícola, arquitecto urbanista, ordenador de territorio» son sólo algunos de los adjetivos con los que se refiere a sí mismo. El veterano arquitecto participa en las II Jornadas Sostenibles de Aranjuez con una ponencia titulada ‘El río Tajo vertebrador de territorios: el caso de Aranjuez’. Lamela ha dejado clara su postura profesional acerca de las gestión de las aguas en España en diversas ocasiones, incluido su libro «El agua en España. Nuevos lagos sostenibles».
El profesional no tiene pelos en la lengua para hablar de la situación del río Tajo y ha dejado muy clara su postura ‘anti-trasvasista’, llegando a señalar la «dependencia hidrográfica retrógada» de España. «Estamos muy atrasados con el tema hídrico, hasta el punto de que no sabemos valorar el agua», explica a eldiarioclm, recalcando que trasvasar agua de una cuenca a otra es una «barbaridad». Considera que la importancia del agua es elevadísima en el manejo de un país. «El mal manejo del recurso puede llevar a la nación al fracaso», afirma, tajante. En tema de trasvases, afirma que son «inaceptables» y que sólo serían sostenibles para el medioambiente si son muy pequeños y cuando son «prácticamente» dentro de la misma cuenca.
«Llevarse el agua por el trasvase Tajo-Segura es tan disparatado como si estableciéramos un robo», afirma, y achaca el problema a las malas decisiones tomadas por básicamente todos los ministros de Agricultura, empezando, eso sí, por Miguel Arias Cañete. En este sentido, afirma que no se puede «favorecer» a un territorio, como Murcia o Levante, simplemente en función de una rentabilidad inmediata que se puede traducir en la exportación de flores o productos que derivan de las huertas de estas zona, ya que esto implica dejar de producir otros «tanto o más valiosos» en la cuenca del Tajo.
Sus argumentos son claros: «Es una manera de romper el equilibrio hídrico de la nación, de cuencas milenarias. Es injusto, porque se rompe también el equilibrio nacional en el reparto de las aguas», afirma el arquitecto. Además, recuerda, los trasvases no sólo afectan a España como país sino a la Península Ibérica en su conjunto. «No acabo de comprender como Portugal sigue aceptando la barbaridad que es el Tratado de la Albufeira», afirma Lamela, quien recuerda que el agua y su recorrido no sólo influye el clima sino también todos los productos que se crían tanto en la tierra como en el mar.
En cuanto a la postura europea en relación con el río Tajo, tras el primer borrador conocido después de la reciente visita de los europarlamentarios, el arquitecto está convencido que Arias Cañete, exministro de Agricultura y actual comisario europeo de Acción por el Clima y la Energía, influirá en la Comisión con las políticas que aplicó España. «Tejerina ha seguido los pasos de este ministro que, cuando salió de España, estaba convencido de que las ideas que se siguen respecto a medio ambiente son las correctas», afirma Lamela.
El uso «racional y equilibrado» del agua
En su ponencia en Aranjuez, Lamela defenderá la manera «racional y equilibrada» de usar el agua para unificar el territorio, dejando de lados criterios «desordenados y egoístas», haciendo directa referencia a las ciudades que se encuentran por debajo del trasvase Tajo-Segura. «Ciudades como Talavera de la Reina, Aranjuez y Toledo se han visto muy afectadas por la falta de agua, ya que conlleva la falta de humedad en el ambiente y condiciona también la vivencia determinadas plantas y animales, además de afectar al paisaje», afirma el profesional, quien también recuerda que sin agua no se puede vivir en zonas que dependen del sector agropecuario.
Entre las soluciones que plantea Antonio Lamela para acabar con el falta de agua se pueden encontrar, como se ha apuntado desde ya numerosos frentes, está el uso de agua desalada. «Es un error llevar agua donde la tienen. En la Tierra el único sitio en el que puede sobrar agua es en los mares y los océanos, incluso hay preocupación cuando aumenta el nivel de agua en estos territorios. Estamos llevando agua a Murcia cuando tienen el agua al lado». De este modo, recuerda que el proceso de desalar el agua es cada vez más barato y que se necesita menos energía.
Por eso, hace un llamado a las administraciones para que aprovechen las oportunidades que dan las nuevas técnicas que se han desarrollado en este ámbito. «En California, Estados Unidos, ya se está produciendo agua desalada sin la necesidad de ningún tipo de energía adicional sino que, incluso, se desala y se produce energía eléctrica a la vez», relata. Para Lamela es la solución definitiva, si bien, dejando atrás los sistemas «vetustos» y las instalaciones «ancianas». «No tiene sentido utilizarlas sólo porque están ahí, se deben incorporar las nuevas técnicas», concluye.
Fuente y fotografía: El Diario