La ESA ha lanzado al espacio el satélite Sentinel-1B, que junto a su gemelo ya en órbita ofrecerá una ‘visión de rádar’ global de los efectos del cambio climático, dentro del Programa Medioambiental Copérnico.
Sentinel-1B despegó en un cohete Soyuz desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, en la Guayana francesa, a las 21:02 GMT, del 25 de abril, separándose de la etapa superior Fregat 23 minutos y 35 segundos después. Todo el proceso de puesta en órbita y despliegue de paneles solares y antena se desarrolló con éxito.
El nuevo satélite se une a su socio en órbita para entregar la información de numerosos servicios, desde el monitoreo de hielo en los mares polares al seguimiento de hundimientos de la superficie, y para responder a desastres como las inundaciones.
«En órbita a 180° entre sí, los dos satélites optimizarán la cobertura y la entrega de datos para servicios que están produciendo un cambio radical en la forma en que se gestiona nuestro medio ambiente», declaró el director general de la ESA, Jan Woerner.
Ambos satélites llevan un radar avanzado para tomar imágenes de la superficie de la Tierra a través de la nubes y la lluvia, independientemente de si es de día o de noche. Durante el lanzamiento, la antena de radar del satélite de 12 metros y dos paneles solares de 10 metros de longitud se pliegan hacia arriba para encajar en el carenado de protección del cohete Soyuz.
Volker Liebig, director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, dijo: «Hemos visto algunos resultados maravillosos de Sentinel-1A. Hace sólo dos semanas, por ejemplo, se capturaron imágenes de grandes témpanos lejos de la plataforma de hielo Nansen de la Antártida».
«Con Sentinel-1B en órbita vamos a recibir el doble de datos y lograr una cobertura mundial en seis días. Este es el cuarto satélite que hemos puesto en marcha por Copérnico en tan sólo dos años y este lanzamiento es sin duda un momento especial porque completa la constelación Sentinel-1», agregó.
Fuente y fotografía: La Vanguardia