Al vegetarianismo suele asociársele con una tendencia ideológica. La verdad es que conforme más estudios vinculan al consumo de carne con la devastación de ecosistemas (paradójicamente para alimentar al ganado que luego nos comemos) muchas personas más van sumándose a la renuncia de la carne por una inclinación ética hacia el medio ambiente.
Recientemente un estudio publicado en los Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos ha abordado dos temas relacionados al consumo vegetariano: tanto su impacto en la salud humana como en la del medio ambiente.
El sistema de producción de alimentos, tal como funciona ahora, produce un cuarto de las emisiones de carbono a la atmósfera. Por su parte, las dietas desbalanceadas son responsables de problemas cardiovasculares y muchas otras enfermedades.
Los investigadores del estudio de la Universidad de Oxford midieron los efectos en la salud del planeta y el humano basándose en los resultados que supondrían distintas dietas.
Las tres dietas que midieron fueron: una que aborda los límites de carne roja recomendada y un mínimo de vegetales y frutas; la otra vegetariana y finalmente una vegana. Según los resultados una dieta como la primera (con consumo equilibrado de carne) evitaría 5.1 millones de muertes anuales en todo el mundo. Por su parte, una dieta vegana se traduciría en un incremento de 8.1 millones de menos muertes anuales.
En relación al cambio climático un mundo que comiera carne equilibradamente reduciría en un 29% las emisiones de carbono, uno vegetariano en un 63% y uno vegano en un 70%.
No esperamos que todo el mundo se vuelva vegetariano pero los impactos en el cambio climático derivados de nuestro sistema alimenticio será difícil de encarar y el desarrollo tecnológico no será suficiente. Advierte Springmann, uno de los investigadores de este estudio.
Fuente y fotografía: Ecoosfera