El cambio climático ha provocado el aumento de los casos de alergia al polen en niños cada vez más pequeños, debido a que el ascenso de las temperaturas medias alarga las épocas de polinización y las intensifica, según ha asegurado la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
El coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la SEICAP, el doctor Javier Torres, ha explicado que “el calentamiento de la superficie terrestre es responsable del aumento de la densidad de especies vegetales en algunas zonas, de la cantidad de polen producido por cada una y del alargamiento de la temporada de polinización”. Además, ha añadido que “así, durante la primavera, polinizan la mayoría de plantas que producen alergia. Sin embargo, debido al cambio climático muchas lo adelantan o incluso lo extienden durante el verano”.
Estas afirmaciones se apoyan en una investigación australiana reciente publicada en ‘Current Opinion in Allergy and Clinical Inmmunology’ que confirma que el ascenso de las temperaturas, las precipitaciones y el clima más extremo permiten estaciones de polinización más largas, lo que da lugar a una mayor exposición de estos alérgenos.
Un estudio español, publicado en marzo en la revista ‘Environmental Monitoring and Assessment’, concluye que las mayores concentraciones de polen se registran entre febrero y junio, por lo que son los meses más críticos para las personas alérgicas. “De hecho, es en esta época cuando más aumentan las visitas a urgencias infantiles por crisis de asma”, ha destacado el doctor Torres.
Una revisión de estudios, publicada en diciembre en la revista ‘Multidisciplinary Respiratory Medicine’, destaca que la urbanización, los altos niveles de emisiones de los vehículos y el estilo de vida occidentalizado se relacionan con una mayor frecuencia de alergia respiratoria. “Hay una serie de causas multifactoriales, como el cambio climático, los nuevos estilos de vida o la excesiva higiene, que están provocando, no sólo un aumento de las alergias infantiles al polen, sino en general”, añaden.
Otro factor a tener en cuenta según la SEICAP es la contaminación procedente de la combustión del gasoil, que empeora los síntomas de los niños con rinitis alérgica o asma. “Multiplica la irritación de las vías aéreas y favorece su inflamación, potencian la acción alergénica de los pólenes y facilitan la acumulación de mucosidad”, ha indicado el doctor Torres.
Síntomas y tratamiento
Uno de cada cinco niños de entre 13 y 14 años en todos el mundo sufre alergia al polen, según el Estudio Internacional de Asma y Alergia en la Infancia (ISAAC). “Sin embargo, cada vez hay más casos de pruebas positivas con tan solo tres años”, ha subrayado Torres.
La polinosis o alergia al polen se manifiesta en forma de rinitis, conjuntivitis y asma “a causa de la reacción exagerada de la mucosa de las vías respiratorias al contacto o inhalación de pólenes”, ha afirmado el doctor. “Los síntomas más frecuentes son prurito nasal, ocular o faringeo en el paladar, lagrimeo, estornudos, secreción y obstrucción nasal, y tos u obstrucción bronquial”, ha añadido.
El tratamiento, según ha informado el experto, puede ser sintomático con antihistamínicos o broncodilatadores inhalados o antiinflamatorio cuando existe inflamación de la mucosa nasal o bronquial. “Por eso es conveniente el uso de corticoides de forma preventiva desde el inicio de la primavera hasta el final”, ha destacado.
“Estos tratamientos tratan solo los síntomas, por lo que deben combinarse con inmunoterapia específica mediante vacunas que contienen proteínas procedentes del polen y cuya función es inmunizar al menor para que precise menos medicación. Es lo único que cura”, ha explicado el doctor que, además, ha añadido que “es fundamental que los niños que tengan síntomas de alergia primaveral sean atendidos por pediatras alergólogos”.
Consejos para niños alérgicos al polen
El Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica ha elaborado un Decálogo de Consejos para niños alérgicos al polen para que puedan hacerle frente de la mejor manera posible.
No acudir al campo, parques o jardines y evitar zonas de césped; proteger las ventanas y balcones con un enrejado muy tupido de material de material plástico (mosquitera), que se debe limpiar a diario con un paño húmedo; mantener cerradas las ventanas o balcones del dormitorio el mayor tiempo posible; y pulverizar agua hacia el techo, dos horas antes de acostarse, dejando luego cerrada la habitación hasta acostarse; son los primeros consejos que ha emitido la SEICAP.
El decálogo se completa con consejos como proteger los ojos en la medida de lo posible con gafas de sol en caso de conjuntivitis estacional y mascarillas antipolen homologadas; mantener las ventanillas cerradas durante los viajes en coche; eliminar los elementos que puedan acumular polvo o polen como peluches o alfombras y hacer la limpieza de la casa sin sacudir, con aspiradora o bayeta húmeda.
Por último, la SEICAP recomienda consultar los datos sobre polinización y tomar precauciones cuando existan más de 50 gramos de polen por milímetro cúbico (es cuando se pueden producir síntomas); que el niño lleve siempre en su mochila durante la época de más riesgo los broncodilatadores o antihistamínicos por si presenta síntomas; y acudir al pediatra alergólogo en caso de persistencia de los síntomas para que pueda realizar un correcto diagnóstico y valorar la necesidad realizar un tratamiento personalizado con inmunoterapia.
Fuente y fotografía: República