El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) analiza en conjunto con la academia flexibilizar los niveles de fósforo en ríos y arroyos para que se «adapten» al ecosistema local. Si bien todavía no hay un parámetro resuelto lo que está sobre la mesa es establecer límites a la concentración superiores a los actuales.
«Se está planteando una revisión de los estándares de fósforo y nitrógeno porque para lo que son las condiciones básicas de toda la región son diferentes, son muy altos en fósforo», dijo a El País el subsecretario de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Jorge Rucks. «Queremos adecuarnos a la realidad porque en toda la región, tanto en Brasil como en Argentina los recursos hídricos tienen un nivel de fósforo más alto de lo normal entonces estamos trabajando con normas que tienen origen en países que tienen realidades diferentes», agregó.
El fósforo es el principal factor contaminante de aguas dulces, ya que en concentraciones grandes genera residuos orgánicos que causan la proliferación de algas cianobacterias.
En este sentido, Rucks sostuvo que se están realizando consultas a la Facultad de Ciencias y Química sobre «cuáles deben ser los parámetros aceptables porque la presencia de fósforo en el agua tiene ciertos límites que hay que respetar».
Actualmente el estándar de fósforo según el decreto 253/79 es de 0,025 microgramos por litro. Sin embargo, el Ministerio tiene a estudio, en consulta con la Facultad de Ciencias, la posibilidad de incrementarlo a un parámetros de 0,070 microgramos a 0,100 en el caso de ríos y arroyos, esto es, a entre tres y cuatro veces superior al nivel actual.
El dato fue incluido en un pedido de informes que hizo el senador Luis Lacalle Pou al Ministerio en el que consultó acerca de la contaminación en ríos y arroyos. En la respuesta, a la que accedió El País, se sostiene que «en líneas generales se puede indicar que, excepto algunos tramos de cursos urbanos (donde la realidad es muy distinta y los usos también), los cursos de agua del territorio nacional presentan una condición aceptable en los parámetros regulados en materia de calidad de agua, a excepción de los parámetros fósforo y en lugares puntuales coliformes, que se encuentran en niveles que pueden superar la norma».
Sobre fin del año pasado la Oficina de Planeamiento y Presupuesto presentó un informe sobre el estado de los ríos y planteó que «existen signos claros de pérdida de calidad del agua en los principales cursos empleados para abastecimiento a la población, en buena medida debido a la presión generada por la actividad ganadera y agrícola», y esto porque «Uruguay no escapa a la tendencia mundial de aumento de la presión sobre los sistemas naturales generada por el crecimiento de la actividad económica, que incide negativamente en la calidad del aire, el agua, los suelos y la biodiversidad».
Metas a cumplir en el río Santa Lucía
Tres años después de que 23 empresas de la cuenca del río Santa Lucía fueran intimadas por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) a cumplir una serie de cambios para evitar la contaminación del agua, solo catorce de ellas finalizaron su reconversión, informó el gobierno semanas atrás. Al finalizar las obras de adecuación se espera que se reduzca el 60% de la carga orgánica vertida, el 46% del nitrógeno y el 29% del fósforo.
Fuente y fotografía: El País