La prestigiosa revista científica Journal of Geophysical Research acaba de publicar los resultados de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y de la NASA en la que se muestra que la actividad humana influye decisivamente en la modificación de los ciclos de la lluvia.
Según este estudio, liderado por el profesor Francisco J. Tapiador, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) modifican los ciclos largos del clima, los denominados ‘interanuales’, y con ellos la fecha en la que cae la lluvia en un lugar, según ha informado la Universidad regional en nota de prensa.
Utilizando 20 modelos globales de clima, los investigadores han cuantificado con precisión el cambio en los patrones de precipitación de todo el mundo en los últimos años.
La observación de que en algunos lugares de la Tierra las precipitaciones se adelantan, mientras que en otros se atrasan respecto a lo que ocurría en el pasado, se explica en el artículo por la acción humana en la termodinámica de la atmósfera: las emisiones de GEI modifican los ciclos largos del clima, los denominados ‘interanuales’, y con ellos, la fecha en la que cae la lluvia en un lugar.
El equipo de investigación ha determinado que los cambios no se pueden explicar atendiendo solo a causas naturales. «Es la acción combinada de la variabilidad natural del clima y la emisión de gases y de aerosoles lo que explica que, por ejemplo, tengamos otoños inusualmente secos e inviernos anormalmente húmedos», señalan.
Estos cambios, bautizados como ‘trastornos’ de los ciclos de precipitación, «pueden tener serios efectos sobre la agricultura, la disponibilidad de agua potable, la energía, y las actividades económicas, especialmente en regiones semiáridas como el sur de España», indican.
El estudio completa otro publicado por el grupo en el ‘Journal of Climate’, y que fue referenciado en el último informe del Panel Intergubernamental de la ONU para el cambio climático (IPCC). El grupo de investigación ‘Ciencias de la Tierra y del Espacio (CITE)’ de la UCLM lleva más de una década colaborando con la NASA en el marco de la misión espacial de medida global de la precipitación (GPM).
Este proyecto ha puesto en órbita un satélite que mide la precipitación en 3+1 dimensiones, contribuyendo así a la mejora de los modelos físicos del clima.
Fuente y fotografía: 20 minutos