El Colectivo Ecoloxista do Salnés (CES), con Marta Lois al frente, vuelve a fijar su mirada en la isla grovense de A Toxa. Esta vez para cuestionar el sistema de captación de agua que mantiene vivo su campo de golf, uno de los más afamados de España.
Dicen los ecologistas que la presa situada en el lugar de Cabanelas (Concello de Ribadumia) desde la que se bombea el agua del río Umia hacia la isla estandarte del turismo en Galicia vio renovada su concesión por Augas de Galicia en junio de 2015, al amparo del Plan Hidrológico.
Y ahora parece ser que se tramita un expediente de obra para remodelar la presa, tratando de «levantar un muro para evitar la salinización de la balsa de agua -que recibe agua de mar cuando sube la marea- y promoviendo una rampa en la cuenca del río para facilitar el paso de la fauna piscícola».
Según el posicionamiento del CES, dicha renovación de la concesión «es irracional e incomprensible, ya que la isla de A Toxa está actualmente unida a la red principal de abastecimiento de agua que proviene de los depósitos de Tremoedo (Vilanova)».
Es por ello que esta entidad pide a Augas de Galicia «que reconsidere la concesión para la presa de Cabanelas», tratando así de «evitar impactos a la flora y la fauna del Umia».
Al plantear sus argumentos los ecologistas de O Salnés inciden en que el agua «es un bien necesario para todos», por eso cuestionan el «destino exclusivo» de la que se envía para el riego del campo de golf de A Toxa, a pesar de estar considerada una de las principales fuentes de ingresos para la economía local.
Marta Lois y su equipo consideran amenazadas especies como la anguila y la lamprea, de ahí que ya remitieran diversos escritos a la Administración autonómica para solicitar «información detallada sobre las condiciones de la concesión de este abastecimiento de aguas (el de Cabanelas-Toxa), así como de las obras de canalización llevadas a cabo en la presa del Umia».
Esgrimen que los trámites se han desarrollado hasta ahora «sin transparencia», ya que el expediente «no fue sometido a exposición pública».
Y además los ecologistas dicen estar preocupados «porque estos proyectos que pueden afectar a especies protegidas y al espacio natural Umia-O Grove se hicieron sin un estudio de impacto ambiental».
Fuente y fotografía: Faro de Vigo