Los vecinos de Jardín de Cantos, concretamente los de la avenida de Lugo a la altura del 127, están hartos de sufrir inundaciones de aguas fecales.
«Llevamos años padeciendo este problema que ahora heredó Aguas de Avilés.
Nos dicen que hay una nueva canalización pendiente pero mientras tanto se ejecuta, nuestros locales parecen una cloaca», manifiesta Claudio González, el propietario de un antiguo establecimiento hostelero actualmente sin actividad. A su local debe ir cada poco tiempo un camión a desinfectar el área afectada, aproximadamente cuatrocientos metros cuadrados.
«Hace ocho años vinieron a ver qué pasaba y desde entonces tenemos una chapa en la acera tapando un agujero», puntualiza González, quien ayer se puso en contacto con el presidente de la asociación de vecinos de Jardín de Cantos, Antonio Cabrera, para trasladarle su malestar.
Además de las aguas fecales, los vecinos de la avenida de Lugo se quejan también de la existencia de «baches que parecen hoyos» en la carretera y en el paso de peatones próximo a la entrada a Saint-Gobain. «En la avenida de Lugo pagamos los mismos impuestos que en la calle de La Cámara pero eso parece que no le importa a nadie», recalca Claudio González, que lamenta que el mal estado del firme perjudique también a las personas que esperan el autobús en la marquesina.
Otra queja de los vecinos tiene que ver con la señalización vial. «Pintaron una línea continua que nos impide girar hacia nuestras casas, así que cada vez que queremos salir -y si no está la policía- nos vemos obligados a cometer una infracción si no queremos circular varios kilómetros para hacer las cosas bien», precisan los afectados, que esperan que el gobierno local tome cartas en el asunto y solucione cuanto antes los problemas del barrio.
Fuente y fotografía: La Nueva España