Las consecuencias del cambio climático y de un uso irresponsable de los recursos naturales continúan dejando huellas difíciles de revertir. En este caso se trata de un lago que contiene un ecosistema único en Europa: la Albufera de Valencia. De continuar con el ritmo de consumo actual, los expertos apuntan que se convertirá en un jardín.
Esa es la conclusión que apuntó esta semana el catedrático emérito de la Universitat Politècnica de València Herminio Boira en la ‘II Jornada de Humedales Valencianos: los problemas y el futuro de La Albufera’, quien alerta que al lago de La Albufera le quedan cien años «para acabar siendo un Bioparc o un parque natural con jardines» ya que su diagnóstico es que está «prácticamente en la UCI».
Según publica el diario ABC Boira critica la situación actual del lago, que según apunta «es una sopa, una especie de caldo, verde- gris, con muchas algas microplactónicas», en el que ha lamentado «las circunstancias de una colmatación muy rápida y el poco interés de solucionar estos problemas, desviando además la atención del pueblo hacia otras cosas como la agricultura», cuando es una actividad que ha vivido «en armonía completa con los arroces», ha defendido.
Una situación insostenible
Sobre las aportaciones de agua al lago y si serán suficientes -los tres hectómetros cúbicos que llegan ahora y los ocho acordados ante Generalitat y Condeferación Hidrográfica del Júcar (CHJ)- ha hecho notar que a mediados del siglo pasado llegaban 500 y ahora se señala esa cifra y «en la calidad en que llega».
En este caso, la falta de calidad y cantidad de agua se perfila como el asunto «más grave» porque el «alarmante descenso de los caudales» de más de 500 Hm3 en los años 70 y apenas 200 en la actualidad, y la baja calidad del agua impiden su recuperación.
Como consecuencia, ha desaparecido la vegetación sumergida, sustituida por una proliferación de algas cianofíceas, y con ello la descomposición de la pirámide trófica, provocando una drástica reducción de las especies acuáticas y de la diversidad de las poblaciones de aves.
Medidas para frenar su desaparción
Por ello, los técnicos aconsejan, en primer lugar, considerar las actuaciones de carácter técnico como la necesidad de mayor cantidad de agua de calidad, proveniente del Júcar, y también de las depuradoras, previamente tratada para eliminar nutrientes; el dragado de los sedimentos para recuperar el nivel original de agua; recuperar las praderas de vegetación sumergida; una revisión de la gestión de las compuertas de las golas, para permitir el mantenimiento de unos adecuados niveles de agua en el humedal y encontrar alternativas para la retirada y valorización de la paja del arroz, evitando su quema y putrefacción en los campos.