La 24º Cumbre del Clima de la ONU (COP24), que se celebrará en la ciudad polaca de Katowice, y que comienza el domingo 2 de diciembre hasta el 14 de diciembre de 2018, será clave para diseñar los instrumentos que permitan abordar de forma efectiva y eficiente el cumplimiento de los objetivos climáticos. Con más de 20.000 asistentes de 200 países, esta cumbre supone el mayor evento mundial con el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero y frenar el calentamiento global. También, durante estos días se celebrará la 14 Reunión de las Partes en el Protocolo de Kyoto (CMP14) y la Conferencia de los signatarios del Acuerdo de París (CMA1).
La COP de este año en Katowice es especialmente importante porque 2018 es el año acordado por los signatarios del Acuerdo de París para crear un programa de trabajo con el que lograr los compromisos. Esto requiere algo esencial: que los países confíen unos en otros.
Entre los asuntos que quedan por negociarse está la financiación de las medidas climáticas. El reloj sigue avanzando y el mundo no puede permitirse perder más tiempo: tenemos que acordar un plan de acción valiente, decisivo y ambicioso.
España asiste a la Cumbre
La delegación española que asistirá a la 24ª Cumbre del Clima con el objetivo de que se concrete la ‘letra pequeña’ del Acuerdo de París. Los representantes españoles insisten en que es necesario que los países asuman que deben presentar mayores compromisos climáticos y se apueste por la transición justa de trabajadores, sectores económicos y territorios que se verán afectados por el cambio hacia un modelo menos contaminante.
Así lo destacó este jueves la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, en un encuentro mantenido con periodistas en la sede del Ministerio para la Transición Ecológica.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intervendrá en el Plenario de la Cumbre junto con otros jefes de Estado y de Gobierno con tres mensajes fundamentales: la necesidad de cerrar las reglas del juego del Acuerdo de París, atender la llamada de los científicos para asumir compromisos climáticos más ambiciosos y defender la transición justa hacia otros sectores para quienes pierdan el empleo por dedicarse a alguna actividad que estará vetada en un futuro por ser contaminante.