La ONU Medio Ambiente ha advertido acerca de los riesgos no solo de la contaminación plástica que acaba en los fondos oceánicos sino de la contaminación del suelo. “Los efectos de la contaminación por plásticos en los seres vivos que habitamos la superficie terrestre podría ser una amenaza peor de lo que se pensaba”, alertaron.

Esta advertencia coincide con una reciente investigación alemana a cargo de  Leibniz-Institute of Freshwater Ecology and Inland Fisheries (IGB) estiman que la contaminación terrestre por microplásticos es entre 4 y 23 veces mayor que la oceánica, dependiendo del sitio de comparación. De acuerdo con este análisis, un tercio de todos los residuos plásticos termina en suelos o agua dulce. La mayor parte de este plástico se desintegra en partículas de menos de cinco milímetros, conocidas como microplásticos, y estas se descomponen aún más hasta llegar a ser nanopartículas, piezas microscópicas están entrando en la cadena alimenticia.

Y entre 80% y 90% de las partículas de plástico persisten en los lodos de las aguas residuales, según el citado estudio. Este material a menudo se aplica como fertilizante, lo que significa que varios miles de toneladas de microplásticos terminan en los cultivos cada año. Estas partículas incluso se pueden encontrar en el agua del grifo. Además, cuando las partículas de plástico se descomponen, obtienen nuevas propiedades físicas y químicas, lo que aumenta el riesgo de que tengan un efecto tóxico en los organismos.