El cambio climático está afectando negativamente a la Amazonía boliviana. Sequías, inundaciones y ahora también la deforestación han terminado con medio millón de castaños de cuyo fruto depende la pervivencia de muchas comunidades indígenas.
Desde siempre, los campesinos se han aprovechado de los recursos que brinda la Amazonía, desde la época de la goma hasta el actual aprovechamiento de la castaña, la palmera de asaí o la madera.
Según el sociólogo Gregorio Quirós, “sólo de la castaña viven más de 15.000 personas que se dedican a la recolección de este fruto tres meses al año, también unas 200 comunidades indígenas”. La pasada temporada fue la más crítica, cuando la recolección de la castaña estuvo muy por debajo de la media y provocó que muchas familias se endeudaran para sobrevivir.
Asimismo no solo el cambio climático ha afectado al cultivo y la recolección, también lo ha hecho la evolución en los modelos forestales y sistemas productivos hacia pastizales y zonas agrícolas diferentes está matando a los árboles de castaña.