El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) comunica que el pasado año la caza furtiva de rinocerontes abatió un total de 1.028 ejemplares en Sudáfrica, una cifra “peligrosamente alta” pero ligeramente inferior a la del año 2016, en el que mataron a 1.054 ejemplares.

A pesar de que el número de rinocerontes tiroteados y muertos de manera ilegal presenten un “leve descenso”, esta situación pone en peligro el futuro de la especie. Según la organización conservacionista, el problema del furtivismo se está extendiendo a otras especies como el elefante que este año el número de ejemplares cazados se incrementó desde los 46 en 2016 a los 67 en 2017.

Los furtivos ya han empezado a desplazarse fuera del Parque Nacional Kruger, la reserva de caza sudafricana más grande, con el objetivo de evitar los controles de las autoridades locales.Por su parte WWF ha denunciado que las redes de cazadores furtivos sobre el terreno están conectadas con otras transfronterizas de tráfico de especies salvajes y que últimamente están redirigiendo sus esfuerzos hacia lugares donde obtienen un mayor beneficio con menores riesgos.