Las fuentes de agua dulce como ríos, lagos y humedales son esenciales para la vida humana. Aunque únicamente constituye el 0.01% del agua de todo el planeta, sustenta a casi el 6% de todas las especies identificadas.
Estos ecosistemas también conocidos como masas de agua continentales o de agua terrestre proporcionan el agua que bebemos y la que utilizamos para nuestra alimentación, la industria y la producción de energía.
“Los ecosistemas de agua dulce son desproporcionadamente importantes. Lamentablemente están bajo una amenaza desproporcionada porque son los más afectados por el impacto de la actividad humana, el cambio climático y otros factores”, explica Lis Mullin Bernhardt, experta en ecosistemas de agua dulce en ONU Medio Ambiente.
Las poblaciones de especies de agua dulce han disminuido en 81% en los últimos 40 años. Asimismo, desde 1900 alrededor de 70% de las masas de agua continentales han desaparecido y, por si no fuera poco, se estima que a nivel mundial el 80% de las aguas residuales se vierten en los cuerpos de agua sin tratar.