Según ha informado un comunicado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la diversidad biológica de agua dulce de la cuenca mediterránea está “altamente” amenazada. Por eso, esta entidad exige al gobierno que promueva la sostenibilidad en esta zona.
De acuerdo con UICN, once de las 128 Áreas Claves de Biodiversidad de la región noroeste del Mediterráneo, también son consideradas zonas de la Alianza para la Extinción Cero (AZE, por sus siglas en inglés). Esto significa que son “áreas donde las especies evaluadas como en peligro o en peligro crítico están restringidas a sitios únicos remanentes”.
Los riesgos más importantes para la biodiversidad de la zona proviene de las transformaciones en proyectos hidrológicos, como la construcción y gestión de embalses y represas, así como la contaminación del agua doméstica y agrícola. Por esas razones, la coordinadora del Programa de Especies del Centro de Cooperación del Mediterráneo de esta organización, Catherine Numa, ha afirmado a la agencia EFE que estos sitios “deben considerarse dentro de futuras estrategias para mejorar la representación de la biodiversidad de agua dulce en la red de áreas protegidas en toda la región mediterránea”.