El volcán Agung (Bali) entró en erupción el pasado sábado y aún sigue expulsando lava y cenizas. Las autoridades decretan alerta máxima y obligan a cerrar el aeropuerto internacional Ngurah Rai y el de la isla de Lombok. El volcán ubicado en el distrito de Karangasem, al este de la isla y lejos de las zonas turísticas, se percibe en las últimas horas con una columna de humo que supera los 6.000 metros.

El incremento de su actividad logró que las instalaciones aeroportuarias cerraran a primera hora del día y durante 24 horas. La situación ha causado cancelación de cientos de vuelos aunque, según el director de información de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, Sutopo Purwo Nugroho, el estado del volcán se revisará cada 6 horas.

“Las expulsiones de ceniza constantes son a veces acompañadas de erupciones explosivas con un sonido que alcanza hasta 12 kilómetros desde el cráter. Anoche las llamaradas se observaron más, esto indica que el potencial de una erupción mayor es inminente”, apuntó Nugroho.

Las autoridades elevaron el nivel de alerta de erupción del 3 al 4 (el máximo), ampliaron el radio de seguridad alrededor del cráter del volcán hasta 10 kilómetros y recomendaron a la población el uso de mascarillas. Ya se han evacuado a 40.000 personas, aunque quieren elevar esta cifra a 100.000.