Los expertos exigen a la Xunta de Galicia analizar los embalses tras el último desastre ecológico. Los estudios demuestran que, después de los fuegos, el agua presenta sustancias nocivas por el arrastre de las cenizas. La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) pide que se analice “urgentemente” los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y elementos traza procedentes del arrastre de ceniza de los montes, pues muchos científicos, ecologistas y poblaciones dependen del agua de ríos y embalses.
Por su parte, el grupo de defensa medioambiental informa en la comunidad que ya existen estudios que revelan la relación de los incendios con la contaminación del agua y especies animales. Debido al balance definitivo que el Gobierno gallego hizo el pasado mes, donde se reconoció que el fuego alcanzó 49.171 hectáreas, piden al departamento de sanidad que vele por el consumo de agua potable en colaboración con los servicios municipales de aguas y órganos responsables de las cuencas.
“Los hidrocarburos aromáticos policíclicos son contaminantes orgánicos tóxicos, persistentes y bioacumulables, que tienen o se sospecha que tienen efectos carcinogénicos o mutagénicos”, explican fuentes de la SGHN. “A menudo tienen un origen industrial pero también se originan en grandes cantidades durante los incendios forestales y luego son arrastrados por las lluvias hacia los cursos y masas de agua”, añade.