El tráfico ilegal de especies salvajes para su comercio internacional se registra en casi el 30% de los espacios ecológicos más protegidos del mundo, incluidos en las zonas declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, denuncia hoy la organización WWF en un informe.
La ONG da cuenta de una «tendencia preocupante» en el tráfico ilegal de especies que figuran en la lista de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) en los sitios ecológicos más importantes del globo.
Tal y como informa ABC, se calcula que el comercio ilegal de vida salvaje maneja entre 15.000 millones y 20.000 millones de dólares al año, el cuarto más grande del mundo después de las drogas, las falsificaciones y el tráfico humano.
Entre 1970 y 2012 la población global salvaje descendió casi un 60% de media, y la captura ilegal de especies fue una de las principales razones para esta disminución, recalca WWF.
Los lugares naturales Patrimonio Mundial de la Humanidad albergan grandes poblaciones de plantas y animales raros, incluido casi un tercio de los 3.890 tigres salvajes que quedan y un 40% de todos los elefantes africanos, por ejemplo.
Funcionan como el «último refugio» para especies amenazadas tales como los rinocerontes de Java en Indonesia y las vaquitas marinas, la marsopa más pequeña del mundo y endémica del golfo de California.
Sin embargo la caza furtiva, la tala y la pesca ilegal se llevan a cabo en casi un 30% de los espacios naturales y mixtos declarados Patrimonio Mundial, lo que provoca que especies amenazadas se encuentren al «filo de la extinción» y peligre el sustento y el bienestar de comunidades, alerta WWF.
La ONG ecologista recalca también que la caza ilegal de especies en lugares Patrimonio Mundial de la Humanidad degrada la vida social y económica, ya que más del 90% de los sitios naturales sirven para propósitos recreativos o turísticos y generan empleos. Muchos de estos beneficios dependen de la presencia de especies en la lista de CITES, añade. Además, esta práctica ilegal altera el ecosistema natural.
Protección efectiva
En torno a un 5% de la población de tigres de Sumatra fue exterminado en 2016 y si los actuales niveles de caza furtiva y de comercio ilegal se mantienen estos animales podrían desaparecer y reducir los incentivos para proteger los bosques e incluso fomentar la deforestación para plantaciones de aceite de palma, indica WWF.
«Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos y hacer frente a toda la cadena del tráfico de la vida salvaje antes de que sea demasiado tarde», recalcó en un comunicado el director general de WWF Internacional, Marco Lambertini.
WWF aboga por más colaboración e integración entre CITES y las autoridades nacionales a fin de responder de manera más coordinada e integral a esta lacra, desde la caza o pesca de especies en los países de origen, hasta el transporte hasta los destinos y la venta en mercados.
El secretario general de CITES, John Scanlon, consideró «esencial que esta convención sea implementada plenamente y que los lugares insustituibles sean protegidos completamente».
«El tráfico ilegal de la vida silvestre quita al mundo su patrimonio natural, amenaza a comunidades locales y perjudica los esfuerzos globales por reducir la pobreza», advirtió a su vez la directora general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Inger Andersen.