En el más reciente número de Global Change Biology, los investigadores Robert Ellis, Rod Wilson y Mauricio Urbina, este último del Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción de Chile (UdeC), publicaron un estudio que analiza los efectos de altos niveles de dióxido de carbono (CO2) en la acuicultura intensiva y también en el futuro de los océanos.
En el resumen, los científicos comienzan destacando que el aumento exponencial de CO2 (actualmente ~ 400 μatm) está impulsando el cambio climático y provocando la acidificación de los ecosistemas en agua de mar y en agua dulce.
“Los fisiólogos han sabido por mucho tiempo que el CO2 afecta directamente la regulación de iones, el balance ácido-base, la función respiratoria y el metabolismo aeróbico en animales acuáticos”, precisan Ellis y Wilson –ambos de la Universidad de Exeter (Reino Unido)–, y el chileno Mauricio Urbina.
Sin embargo, “mientras se han documentado variados efectos adversos de altas concentraciones de CO2 en peces en su ambiente natural, la acuicultura ha cultivado peces a altas concentraciones de CO2 desde sus inicios”, sostiene el Dr. Urbina. El investigador de la Universidad de Concepción añade que “dada las altas densidades del cultivo y la alta solubilidad del CO2 en el agua, la aireación utilizada para reponer el oxígeno respirado por los peces no es suficiente para remover todo el CO2 excretado producto de su metabolismo”.
Lo interesante es que la acuicultura intensiva ha producido peces bajo estas condiciones, sin percibir los efectos negativos que los científicos estudiando el cambio climático han reportado en peces. El Dr. Urbina precisa que es posible que, en forma accidental, la acuicultura haya co-selecionado peces tolerantes a altas concentraciones de CO2, en su afán de seleccionar cepas de alto crecimiento en acuicultura intensiva.
“Es posible que varias de las respuestas en torno a los mecanismos para tolerar altas concentraciones de CO2 en peces, estén en las cepas seleccionadas para el cultivo intensivo”, puntualiza el investigador de la UdeC.
También advierte que se han documentado efectos negativos y relevantes para la acuicultura, a las concentraciones de CO2 alcanzadas en cultivos intensivos. Por ejemplo, altas concentraciones de CO2 prolongan el tiempo requerido para digerir el alimento, con consecuencias tanto para la rentabilidad acuícola y como para el medio ambiente (alimento no consumido).
Por ello, subrayan los tres investigadores, el integrar los campos de estudio del cambio climático y de la acuicultura estimulará el desarrollo conjunto de futuras soluciones, tanto para mitigar los impactos del cambio climático como para optimizar la producción acuícola.
“De este modo, el artículo tiene como objetivo optimizar los futuros esfuerzos de investigación y dilucidar las estrategias de mitigación eficaces para la gestión de los impactos negativos de los futuros elevados niveles de CO2 en los ecosistemas acuáticos y la sustentabilidad del cultivo de especies hidrobiológicas”, afirman en su artículo titulado “Lessons from two high CO2 worlds – future oceans and intensive aquaculture”.
Fuente y fotografía: Aqua