El agua de garrafa o bidones servida en dispensadores de oficina ofrece menos garantías de seguridad higiénica que el agua embotellada de pequeño tamaño o el agua del grifo. Es, al menos, la valoración de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a partir de sus propios análisis. La OCU ya alertó que en el año 2013 que el agua con dosificador no tiene las mismas protecciones que la del grifo.
En el área de Barcelona y Tarragona son ya 3.300 las personas afectadas por el brote de gastroenteritis provocado por la intoxicación causada por el agua de garrafa servida por la empresa Eden Springs España en 925 empresas.
Un episodio similar a este se produjo en el año 2012, cuando 103 personasde las islas Baleares sufrieron la intoxicación del agua suministrada por una empresa envasadora de Catalunya en dispensadores de 19 litros, según confirmó el Departament de Salut. Por todo esto, la OCU pidió que se aumenten las exigencias de salubridad a estas empresas.
Las aguas suministradas en dispensadores para oficina han de cumplir los mismos requisitos normativos que las aguas embotelladas (tipo Font Vella). Sin embargo, las aguas con dosificador “tienen mayor riesgo que las embotelladas, debido a los procesos de manipulación y de reutilización de los envases. En estos procesos hay cierta probabilidad de tocar el agua y se da mayor riesgo de contaminación”, dice Enrique García, portavoz de la OCU.
Sin desinfectantes
Además, el agua de estas garrafas no contiene desinfectante, al contrario de lo que ocurre con el agua del grifo, por lo que “cualquier manipulación, almacenaje inadecuado o la temperatura ambientales pueden aumentar la presencia de microbios patógenos”, añade la OCU. De hecho, si es agua de garrafa en dispensadores es de manantial no puede llevar desinfectante, puesto que perdería la condición de agua natural, mientras que si el origen es caudal de consumo público envasado, en ocasiones se indica que son tratadas con ozono para desinfección.
La OCU sostiene que como la normativa permite al agua de garrafa una cierta carga microbiana (a diferencia del agua de grifo…) “no es del todo extraño que sucedan de vez en cuando brotes o intoxicaciones que la acontecida estos días”.
Requerimientos biológicos
La ausencia de desinfectantes y los controles menos frecuentes marcan la diferencia respecto al tratamiento que recibe el agua corriente del grifo, según confirman fuentes de Aguas de Barcelona. “Hacemos centenares de controles cada día. El agua de grifo es el producto alimentario más controlado del mundo”, concluyeron.
El Departament de Salut justifica que los requerimientos microbiológicos para las aguas de garrafa no sean los mismos que lo del agua de grifo. “Las aguas envasadas se comercializan en condiciones controladas y estándares, mientras que las aguas de grifo son servidas en redes de distribución y deben contar con unos márgenes de seguridad que den garantía en cualquier punto de la red y en múltiples condiciones de distribución”. Salut dice que no hay una merma de seguridad por ello, sino una adecuación a las diferentes formas de distribución para que en ambos casos se garantice la seguridad.
Lamentar lo ocurrido
“Todas las aguas que llegan al consumidor, ya sean envasadas o procedentes de la red pública de suministro, han de cumplir todas las garantías sanitaria, de acuerdo con la normativa”, dice Salut. Una normativa regula la aguas minerales naturales y otra las aguas de consumo público envasadas, añade Salut.
La Generalitat indicó que se hacen inspecciones a los establecimientos envasadores y controles del agua envasada “en función del riesgo sanitario del establecimiento”, e igualmente se hacen controles adicionales a raíz de las alertas, brotes y denuncias.
En estos momentos, el Departament de Salut investiga seis denuncias relacionadas con el mal gusto del agua, cuerpos extraños o espuma en aguas envasadas, para determinar las posibles causas y en consecuencia tomar medidas.
Discula por las molestias
Eden Springs España lamentó las molestias causadas por la intoxicación y destacó que las autoridades sanitaria han apuntado que el posible origen podría ser la embotelladora de Font d’Arinsal, en Andorra. Los resultados de los cultivos realizados señalan que se trata de un norovirus, cuyo origen podría estar en el manantial de Andorra, en el proceso de envasado o bien en el proceso de reutilización del envase.
Laboratorio Oliver-Rodés
Lo ocurrido no es achacable a la falta de controles, señala el doctor Jordi Oliver-Rodés, director del laboratorio de su mismo nombre. “Eden es una empresa muy comprometida con la calidad. La legislación no obliga a la realización de controles en los puntos de uso, pero hay empresas del sector, como la afectada, que, además de cumplir los requisitos legislativos, están haciendo de forma voluntaria auditorias, análisis físico-químicos, microbiológicos y formación a sus empleados”, señala Oliver Rodés, con quien hemos mantenido esta entrevista.
– ¿Qué características tiene el agua que se sirve en oficinas?, o ¿qué diferencias tiene respecto al agua embotellada normal?
– El agua que se sirve en las oficinas puede ser de diferentes tipos. La legislación regula aguas de bebida envasadas, mineral natural, de manantial o el agua potable preparada. En este sentido, el agua es la misma. La principal diferencia es el formato de las botellas (en las oficinas botellas de gran formato de 18,9 litros) y la forma en que se sirve. Ya que el equipo suministrado a las oficinas permite disponer de agua fría, natural y, en algunos casos, caliente.
– ¿Qué controles se hacen?, ¿de qué tipo? ¿con qué frecuencia?
-Los controles que se realizan son los que obliga la legislación vigente actual, que son los mismos que para las aguas envasadas: el real decreto 1798/2010 para las aguas minerales naturales y de manantial, y el real decreto 1799/2010 para las aguas potables preparadas. La Asociación Española de Distribuidores de Agua en Cooler (ADEAC) obliga a sus miembros a realizar anualmente auditorias higiénico-sanitarias específicas en los manantiales proveedores y en los almacenes de distribución. Algunas de las empresas del sector, muy comprometidas con la calidad, tienen contratado con nuestro laboratorio análisis físico-químicos y microbiológicos en los puntos de uso, para verificar la correcta higienización de las fuentes, auditorias complementarias y formaciones específicas para el sector que impartimos a los trabajadores. Todas estas actuaciones las realizan de forma voluntaria y permiten afirmar que están muy por encima de la legislación aplicable.
– ¿Por qué se consume esta agua y no la del grifo?, ¿es que es de mejor calidad?
Son productos diferentes y diferenciados que deben cumplir cada uno con una legislación y unos requisitos higiénico-sanitarios diferentes. En cualquier caso, desde el punto de vista sanitario no hay diferencia si cumplen la legislación. Otro aspecto es desde el punto de vista organoléptico, o si se prefiere beber un agua mineral natural o un agua tratada. El agua mineral natural debe tener origen profundo, tener una composición química única y constante que la caracteriza, ser microbiológicamente sana y puede tener efectos beneficiosos para la salud. Las aguas de red deben estar tratadas y protegidas por un desinfectante obligatoriamente para evitar riesgos sanitarios en su distribución por las redes.
– ¿Es achacable lo sucedido a una falta de controles?, ¿se hacen inspecciones en las oficinas y lugares de trabajo?
– No es achacable a falta de control. Puedo afirmar que esta empresa es una empresa muy comprometida con la calidad. Como le he comentado, la legislación no obliga a la realización de controles en los puntos de uso, pero hay empresas del sector, como la afectada, además de los requisitos legislativos están haciendo de forma voluntaria auditorias, análisis físico-químicos, microbiológicos y formación a sus empleados.
– ¿Se controla el tipo de plástico del envase? ¿puede haber migración del envase al agua?
-Si el envase es un material en contacto con un alimento y debe ser controlado, de hecho tiene una normativa de aplicación propia. En cuanto a las migraciones, nuestro laboratorio realizó, entre los años 2011 y 2014, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un estudio para detectar posibles migraciones de envases en agua siendo todos los resultados conformes con la legislación vigente.
– ¿Hay recomendaciones sobre el tipo de plástico?
Todos los plásticos utilizados en el envasado de cualquier alimento deben ser aptos para el contacto con los alimentos y deben cumplir con la legislación internacional, europea y española. El consumidor debe seguir las recomendaciones o instrucciones sobre su uso son las que pueden ver en las etiquetas.
Fuente y fotografía: La Vanguardia