El tiempo de Río de Janeiro para prepararse de cara a los Juegos Olímpicos se agota, y la ciudad brasileña que destronó a Madrid en la elección del COI el 2 de octubre de 2009 sigue inmersa en la basura.
El vicepresidente de la organización, el australiano John Coates, consideró en 2014 que los trabajos de preparación eran “los peores” que había conocido, incluso “peores que los de Atenas 2004”. Río tuvo la ocasión, desde aquel momento, de demostrar al mundo que estaba preparada, y uno de los principales retos estaba en sus ríos. El fracaso, de momento, es absoluto.
LA ESPERANZA
Ahora solo queda una esperanza. Este mes la ministra de Medioambiente de Países Bajos, Melanie Schultz, ha puesto en marcha una muy poco ortodoxa iniciativa que involucra a empresarios y ONG locales bajo el nombre de Clean Urban Delta Initiative (Iniciativa Delta Urbano Limpio).
“La bahía de Guanabara está tan contaminada”, dice a The GuardianYvon Wolthuis, experto en sostenibilidad involucrado en el proyecto, “que necesitamos todas las manos para limpiarla”.
La iniciativa cuenta con fondos del Banco Mundial y del banco holandés para el desarrollo y aborda hasta 20 propuestas que van desde la instalación temporal de plantas de purificación de agua hasta la instalación de alfombras hechas de redes de pesca de nylon.
“Se trata”, según explica Wolthuis, “de ideas low-cost, con gran impacto y rápidas de implementar”.
Una de las ideas locales -de la ONG WWF junto con la plastic Soup Foundation-consiste en ayudar a los recolectores de basura de la ciudad a sacar más valor por el plásticoque recogen.
El problema es el dinero. El precio para desarrollar la estrategia de recogida de basuras -que incluye también la puesta en marcha de un tren ecológico por el Río Carioca- asciende a 700.000 dólares. Y Brasil se encuentra la peor recesión económica en décadas.
LAS AUTORIDADES, SUPERADAS
Cuando el COI escogió la ciudad postrada a los pies del Cristo Redentor como sede olímpica, las autoridades de Río de Janeiro aseguraron poder eliminar el 80% de las aguas residuales que contaminan la ciudad. Debían regenerar totalmente zonas como la laguna Rodrigo de Freitas o la bahía de Guanabara, donde se llevarán a cabo las pruebas de remo y kayak. A poco menos de seis meses del inicio de los juegos, la suciedad el sus ríos es evidente a simple vista. Río ha renunciado a ser una ciudad totalmente limpia a los ojos de todo el mundo.
“No va a pasar porque no había suficientes compromiso, fondos y energía”, reconoció el portavoz de Rio 2016, Mario Andrada, a Bonnie Ford, periodista de ESPN. “A nadie le gusta tener invitados y mostrar su casa tan sucia. Pese a que no seamos capaces de alcanzar el objetivo”, recuerda Andrada, “tenemos que seguir trabajando hasta el último momento y asegurarnos de que los atletas pueden competir en aguas seguras”.
De intenciones, sin embargo, no vive el hombre. Una investigación independiente de Associated Press desveló lo dramático de la situación. Las aguas donde van a competir los atletas olímpicos son aguas en gran parte fecales. Los análisis realizados por expertos mundiales del agua consultados por la agencia concluyeron que ni un solo rincón de dichas aguas es seguro para nadar o navegar.
RIESGO PARA LA VIDA HUMANA
Pero ahí no acaba todo. AP también halló en su investigación un gran número de virus infecciosos para humanos que se pueden multiplicar de forma exponencial en el tracto intestinal y respiratorio. Estos virus causan enfermedades respiratorias y digestivas, como diarrea y vómitos explosivos, pero también puede provocar enfermedades graves de de corazón.
Hace ya tiempo que el COI se resignó ante la dramática situación. Lejos de reconocer errores y actuar para salvaguardar a los atletas, la organización ha lanzado recomendaciones sanitarias para que los que compitan puedan evitar riesgos. EE.UU., por ejemplo, distribuirá botellas de desinfectante para manos a los 48 remeros que competirán y limpiarán a fondo remos y embarcaciones tras cada uso. Las autoridades han llegado hasta el extremo de pedir a los atletas que se vacunen de la hepatitis A, refuercen su sistema contra la polio y se vacunen también contra la fiebre tifoidea. Porque una catástrofe medioambiental que pone en riesgo la vida humana no debe frenar el espectáculo de los Juegos Olímpicos.
Fuente y fotografía: La Vanguardia