La anomalía meteorológica que se ha observado este año tiene su origen, según indican expertos, en la formación de El Niño, un fenómeno climático relacionado con el calentamiento de las aguas en el Pacífico oriental ecuatorial. ¿Pero cómo actúa? Lo explica Margarita Martín, delegada de Aemet. «Con El Niño, la temperatura de las aguas frente a Ecuador y Perú aumentan de manera notable, unos tres grados, y ello produce una corriente cálida en altura. Es decir, el mar calienta la atmósfera, ese aire tiende a subir e inhibe el alisio, de forma que no hay vientos del nordeste. En consecuencia, la masa cálida se dirige hacia México, alcanza a Estados Unidos y se va enfriando según llega a Canadá».

Allí, los vientos del noroeste empujan aire frío sobre el Este de Estados Unidos. Y esta corriente, cuando llega al Atlántico, induce un anticiclón pero no en la posición habitual de Azores, sino entre estas islas y el Caribe. De esta forma, en épocas de El Niño, lo que hay en Azores son borrascas que generan viento sur que entran por el Golfo de Cádiz, atraviesan toda la Península Ibérica y llegan hasta el Mar del Norte. «Con lo cual, no hace frío ni en Inglaterra ni tampoco en Irlanda ni Noruega, como sucedió el pasado año», explica Martín.

«El Niño es el termostato del planeta. Es más fuerte y frecuente cuando ha habido un periodo de mayor calentamiento», señala la meteoróloga.

Otros ‘Niños’

El Niño más fuerte que se recuerda fue el de 1983. Aquel año se produjeron las inundaciones más graves que ha habido en el País Vasco. Precisamente, en noviembre del 83 también se midió la temperatura media más alta en la historia del observatorio de Igeldo en un mes de noviembre que fue de 14,2º. Se volvió a repetir esta temperatura en 2006, con ocasión también del fenómeno del Niño

El siguiente Niño más potente fue entre 1997 y 1998. El año 1997 fue el más cálido registrado en Igeldo desde 1928. Entonces, en Euskadi, el 1 de junio se midió la intensidad de precipitación máxima en Igeldo y se produjeron asimismo inundaciones en San Sebastián.

Al año siguiente, en el Golfo de Bizkaia se generó una ciclogénesis explosiva que causó el hundimiento de un pesquero de Pasaia, el ‘Marero’. Mucho más lejos en el tiempo, en 1933 hubo graves inundaciones en el País Vasco. Entonces también coincidió con el fenómeno del Niño.

El Niño de este 2015 empezó a debilitarse en diciembre y enero está teniendo un comportamiento ya acorde con la época en la que estamos. «A primeros de mes, las ciclogénesis empezaron a formarse en latitudes más próximas al Golfo de Bizkaia, en la zona de Gran Sol. Y este es el motivo por el que ya hemos recibido varios frentes fríos. En lo que llevamos de enero ha llovido mucho más que en todo diciembre. Además, hemos tenido oleajes de consideración cuando hasta ahora no los habíamos tenido», señala Margarita Martín.

A partir de estas fechas, «lo lógico» es que el fenómeno del Niño se vaya debilitando.

Fuente: Diario Vasco