A medida que el mundo se reúne en París para la difícil tarea de pasar de los combustibles fósiles a las energías renovables, un pequeño país en el otro lado del Atlántico, está haciendo que la transición se veasencilla y asequible.
En menos de 10 años, Uruguay ha reducido su huella de carbono sin subsidios del gobierno y sin mayores costes de consumo, según ha declarado el Director nacional de Energía, Ramón Méndez.
De hecho, Méndez dice que ahora las energías renovables aportan el 94,5% de la electricidad del país y que los precios son más bajos que en el pasado en relación con la inflación. También hay un menor número de cortes de energía debido a una combinación energética diversa significa una mayor capacidad de resistencia a las sequías.
Hace 15 años, la historia era muy diferente. A principios del Siglo XXI, el petróleo suponía el 27% de las importaciones uruguayas y un nuevo oleoducto estaba a punto de comenzar el suministro de gas desde Argentina.
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Ahora el elemento más importante en el balance de importación son las turbinas eólicas que llenan los puertos del país en su camino hacia la instalación.
La biomasa y la energía solar también se han incrementado. Añadiendo a la energía hidráulica existente, esto significa que las energías renovables representan actualmente el 55% de la matriz energética del país en general (incluidos los combustibles para el transporte), en comparación con una participación promedio mundial de 12%.
A pesar de su relativamente pequeña población de apenas 3,4 millones, Uruguay se ha ganado una notable cantidad de prestigio mundial en los últimos años con algunas políticas como la de la legalización de la marihuana. Ahora, está siendo reconocido por el progreso de la descarbonización de su economía. Ha sido elogiado por el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y el año pasado la WWF considera a Uruguay entre sus «Líderes de Energía Verde», proclamando que «El país está definiendo las tendencias mundiales de inversión en energía renovable».
Fuente y fotografía: The Guardian
